Vivir en una simulación es algo que la ciencia ficción ya ha explorado.
En Matrix, las máquinas nos dominaban hasta el punto de tenernos sometidos y convertirnos en una importante fuente de energía. En Men In Black, los seres humanos vivían en un universo que realmente era una canica que se apostaban otras especies alienígenas, mientras que a la vez otra galaxia se encontraba en el collar de un gato. Esto, es algo que se ha imaginado la ciencia ficción desde siempre, pero ahora un científico podría tener indicios de que vivimos en una simulación y en cualquier caso querría resolver sí ciertamente el mundo que nos rodea es real o si, por el contrario, siempre formará parte de las mejores películas de ciencia ficción.
Vamos a ver qué cuestiones quiere tratar y cuáles son los puntos clave que diferencian esta investigación de cualquier otra que podría perder rigurosidad.
La idea sobre la simulación al descubierto
En un artículo para la revista científica de divulgación The Conversation, el físico Melvin Vopson de la Universidad de Portsmouth ha explicado por qué tiene sentido que muchas personas crean que vivimos en una simulación o que al menos unas especies mucho más avanzadas que las nuestras han sido capaces de pergeñar un mundo como el nuestro. De esta manera, mientras que algunos apuntan a que vivimos en un universo de multiversos infinitos, otros señalan que podemos vivir precisamente en una simulación hecha por ordenador por una espeice muy avanzada. Sin que esto signifique que nuestra existencia sea una mentira.
La física de la información sostiene esta teoría y cree que el espacio tiempo y la materia son fenómenos que no resultan fundamentales como si piensan otras ramas. La realidad física se convierte en fragmentos de información que construyen nuestra experiencia. Muchos científicos, de instituciones eminentes, como Seth Lloyd del MIT o Nick Bostrom de Oxford piensan que estas teorías podrían tener sentido en lo que se bautizó como Hipótesis de la simulación.
Existen una serie de evidencias que podrían demostrar que vivimos una simulación. En el mundo digital, hay un punto en el que la información no se puede descomponer más, es decir, los bits. Así, en su artículo, Vopson señala que en nuestra simulación son las partículas las que hacen esto. Al igual que el límite máximo de velocidad que podría ser el límite máximo de caudal de información que puede suministrarse. En nuestro caso es la luz.
Sea como fuere, resulta difícil saber y comprobar si esto es así. Sin embargo, está claro que no es tan sencillo como parece y se han hecho una serie de campañas para ello que todavía no han alumbrado mucha información sobre estas predicciones.
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Autor: Esteban García Marcos