Aunque no se ha podido comprobar que sea cierta.
Robin Williams, el magnífico actor reconocido por sus variados papeles en películas como El club de los poetas muertos, El indomable Will Hunting o Sra. Doubtfire, no solo dejó una huella imborrable en Hollywood por su incomparable talento, sino también por su corazón generoso. Conocidos son sus numerosos actos de bondad hacia los demás, ya sea dedicando tiempo a sus admiradores o asegurándose de que todo su equipo cinematográfico fuera atendido adecuadamente, por eso nos sigue doliendo todavía su pérdida, la cual se produjo hace ya casi una década.
Pero hoy hemos venido no a llorar, aunque va a ser complicado, siempre lo es cuando uno recuerda al bueno de Williams, sino a hablar de una anécdota compartida por uno de sus fans, Brian Lord, que trabaja en el mundo del espectáculo desde hace años y que ilustra a la perfección lo que estamos diciendo del actor. Os avisamos, no obstante, de que no hemos sido capaces de corroborar estas palabras, pero no nos extrañaría si fuese cierto.
Lord, organizador de eventos, trató de contratar a Robin Williams en una ocasión, y esto es lo que escribió más tarde en su blog: «Hace años, aprendí algo muy sorprendente sobre Robin Williams, y después de eso no pude ver una película suya de la misma manera». A pesar de no haber contratado a Williams para un evento, la oficina del actor envió su lista de requisitos.
«Cuando recibí los requisitos de Robin Williams, me sorprendió lo que encontré. Él solicitaba que, para cada evento o película que hiciera, la empresa que lo contrataba también debía contratar a un cierto número de personas sin hogar y darles trabajo».
Y continúa: «Estoy seguro de que en su tiempo y con su dinero, él estaba ya trabajando con estas personas necesitadas. Pero también decidió utilizar su influencia como artista para asegurarse de que las compañías de producción y los organizadores de eventos también aprendieran el valor de dar oportunidades de trabajo a quienes lo necesitaban. Me pregunto cuántas compañías de producción mantuvieron esta práctica en su siguiente proyecto, y cuántas personas tuvieron la oportunidad de trabajar y sentir el orgullo de ganar un ingreso, aunque fuera temporal, gracias a sus acciones».
Para concluir con las bonitas palabras acerca de que «Tuvo un gran efecto multiplicador gracias a su influencia. Esperemos que ese impacto continúe sin él. Gracias, Robin Williams, no solo por las risas, sino también por ser un gran ejemplo«.
Y es que, la verdad, poco importa si la anécdota es cierta o no, aunque nos gustaría que lo fuera, pero lo realmente importante es quedarse con el mensaje que deja un acto así que no hace sino agrandar la leyenda de un hombre que, como en El hombre bicentenario, es ya inmortal.
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Autor: Marcos Catalán