Las soluciones climáticas que necesitamos para transformar cada sector están aquí. La pregunta es: ¿qué rol cumplirás en esta transformación?

El término tecnología es muy amplio. No se trata sólo de aplicaciones y equipos electrónicos. El ingenio humano ha creado de todo, desde arados a instrumentos de pesca, bicicletas a radiocaseteras, desde molinos de viento a vehículos eléctricos, desde inteligencia artificial a satélites. La tecnología impregna nuestras vidas, para bien y para mal. Algunas innovaciones, como las tecnologías basadas en combustibles fósiles, debemos dejarlas en el pasado. Los ecosistemas y la humanidad no pueden seguir soportándolas.

La buena noticia es que ya tenemos una miríada de soluciones climáticas a nuestro alcance. No tenemos que esperar a que aparezcan nuevas tecnologías para afrontar la crisis climática. Desde las energías renovables y la electrificación del transporte, hasta la agricultura regenerativa y la restauración de los ecosistemas, ya tenemos la mayoría de las soluciones que necesitamos. Ahora, más que nunca, se trata de cómo desplegarlas y ampliarlas para lograr un futuro sostenible y justo. En eso es en lo que pienso cuando pienso en el progreso: en resolver este mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad.

Y cuando pienso en el futuro, en lo que le depara a este planeta cambiado desde el punto de vista climático, pienso en posibilidades. Al mirar los datos climáticos y observar cómo están cambiando los sistemas físicos y biológicos del planeta, mi mente traduce inmediatamente esas abstracciones en un clima extremo, en la pérdida de vidas humanas y de biodiversidad, en el trastorno de la sociedad y la estabilidad ecológica.

Pero lo que también veo en esos gráficos y líneas de tendencia es que todavía tenemos una amplia gama de futuros posibles. Y el futuro que obtengamos depende totalmente de lo que hagamos ahora y de cómo nos unamos para transformar la sociedad -las economías, la política y la cultura- para garantizar que tengamos el mejor futuro posible, uno que funcione para las aproximadamente 8,7 millones de especies que viven en este planeta.

Pienso en la crisis climática como un rompecabezas: evaluar lo que hay, averiguar qué papel desempeña cada uno de nosotros y tratar de acelerar la rapidez con que resolvemos este rompecabezas para encajar todas las piezas antes de que las cosas se desmoronen.

He dedicado gran parte de mi carrera a la conservación de los océanos que, para mí, es una cuestión de preservación cultural. Representa una oportunidad apasionante para entrelazar diferentes campos, desde la ciencia hasta la economía, la política y la sociología. Durante años se ha considerado al océano como una víctima, y con razón, por todos los impactos que ha sufrido por la contaminación, la sobrepesca, el desarrollo costero y el cambio climático. Ahora tenemos que utilizar su poder para encontrar soluciones climáticas, aprovechando las energías renovables en alta mar, garantizando que la pesca sea sostenible, cultivando el océano de forma regenerativa y protegiendo y restaurando los ecosistemas marinos.

Investigaciones recientes demuestran que cuando se trata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y secuestrar carbono, el 21% de la solución está en el océano. Centrémonos en la mayor de estas soluciones para el clima oceánico: la energía renovable en alta mar. Se trata de una gran oportunidad para acelerar nuestra transición hacia la eliminación de los combustibles fósiles, a la vez que proporcionamos energía limpia para aproximadamente el 40% de personas que viven cerca de las costas. ¿Cómo podemos instalar turbinas eólicas en el océano y producir energía limpia? ¿Cómo podemos averiguar qué tecnología e ingeniería se necesita para instalarlas de forma segura y que puedan resistir el impacto de las tormentas, las olas y el agua salada? ¿Cómo situarlas de manera que perturben lo menos posible los ecosistemas para que no interfieran con las migraciones de las ballenas o las aves, o afecten a la navegación de los barcos y a la industria pesquera?

Puede que sólo veamos la superficie de las aguas oceánicas, pero tenemos que tener en cuenta todas estas capas de actividades para minimizar los conflictos y evitar los impactos negativos. Apoyarnos en la investigaciones científicas y en herramientas nos permitirá tomar decisiones informadas para aumentar la producción de energía limpia y proteger el medio ambiente.

Por supuesto, tampoco debemos olvidar que la fotosíntesis es la tecnología por excelencia para el secuestro de carbono, y la mitad de la fotosíntesis del planeta se produce en el océano. Para hacer frente a la crisis climática no basta con la tecnología más sofisticada, sino que hay que proteger todos los ecosistemas, desde los bosques y los humedales hasta los campos de flores silvestres. Soluciones basadas en la naturaleza.

Las soluciones climáticas que necesitamos para transformar todos los sectores están aquí. La pregunta es: ¿qué papel va a desempeñar usted en esta transformación? ¿Tú, tu comunidad, tu empresa, tu gobierno? ¿Y cómo ayudarás a acelerar la transición de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía regenerativa?

Este es el progreso que necesitamos. Es el trabajo de nuestra vida.

Autora:

Dr. Ayana Elizabeth Johnson, bióloga marina, cofundadora del think tank sin fines de lucro Urban Ocean Lab, cofundadora de la iniciativa por el clima The All We Can Save Project y cocreadora del podcast How to Save a Planet

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Autor: Invitado