Cables y conectores USB-C: cómo funcionan y todos los tipos

Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el conector USB-C.

Si estás pensando en comprar uno de los mejores cables USB-C para tu teléfono, lo que aquí te contamos te interesa. Vamos a explicarte tres maneras de clasificar este tipo de cables: por estándar empleado, por funciones y por velocidad de carga. Echa un vistazo a los detalles que te mostramos en esta guía para acertar a la hora de comprar un nuevo cable para tu dispositivo.

Es importante remarcar que únicamente nos vamos a centrar en los cables que tienen un puerto USB-C en alguno de sus dos extremos. En ningún caso abordamos los tipos que pertenecen a otros grupos, como los USB-A o los microUSB.

¿Qué es el USB-C y para qué sirve?

El conector USB-C es un sistema de conexión que se caracteriza por su facilidad de uso y versatilidad. A diferencia de otros conectores del mismo grupo, el USB-C se puede insertar de cualquier forma y orientación, sin riesgo de estropear el puerto o el cable. Además, es compatible con diferentes estándares de transmisión de datos y energía.

El USB-C fue diseñado por la USB-IF, una entidad que agrupa a algunas de las empresas punteras del sector tecnológico. El objetivo en su momento fue crear un conector universal (algo que en Europa pronto será una realidad) que facilitara la conexión entre dispositivos y redujera la necesidad de adaptadores. La especificación del USB-C se publicó en agosto de 2014, junto con la del USB 3.1.

Sin embargo, es importante remarcar que no todos los dispositivos que tienen un puerto USB-C soportan las mismas funciones o velocidades. El USB-C es solo un tipo de conector, pero no implica que el dispositivo tenga que cumplir con los estándares USB 3.1, USB-PD o modo alterno. Estos estándares definen las capacidades de transferencia de datos, suministro de energía o conexión a otros tipos de señales, como vídeo o audio.

Esto quiere decir que es posible que un cable, con un conector USB-A en un extremo y USB-C en el otro, se suministre junto a un aparato electrónico con la única misión de cargar el dispositivo. En ese caso, si se trata de utilizar el cable en otro contexto, por ejemplo, para transmitir datos, no funcionará.

Características técnicas del USB-C

Debido a que el USB-C se lanzó junto al protocolo USB 3.1, sus características técnicas en lo que a transferencia de datos se refiere son exactamente las mismas. En el momento en el que salió, el USB 3.0 lograba una tasa teórica de unos 4,8 Gbit/s, es decir, unos 600 MB/s.

Sin embargo, el USB-C que cumple con el estándar USB 3.1, logra velocidades el doble de rápidas, de unos 10 Gbit/s o 1,25 GB/s. En el caso de los USB-C Thunderbolt 3, hablamos de unos 40 Gbit/s o 5 GB/s.

Lo que es evidente es que el USB-C se lanzó en un momento en el que las velocidades alcanzadas por los cables USB eran muy altas. Simplemente por la cronología de su lanzamiento, decimos que no hay cables de datos USB tipo C que sean muy lentos, aunque lo mejor es que consultes los detalles técnicos antes de adquirir uno de ellos.

Tipos de cables USB-C por funciones

Como hemos mencionado, las funciones del USB-C son diversas. Aquí van algunas de las más destacadas:

• Cargar dispositivos. El puerto USB-C es compatible con cargas de alta velocidad, con tasas superiores a los 60 W.
• Transferir datos. Y, además, hacerlo con una velocidad vertiginosa en función del protocolo, como en el caso del Thunderbolt 3.
• Transmitir vídeo. DisplayPort 1.4 en cables USB-C admite una frecuencia de hasta 120 Hz y resolución 4K.
• Enviar una señal de audio. El jack de 3.5 mm ha desaparecido de muchos teléfonos y lo ha sustituido el puerto USB-C. Así que sí, también sirve para transmitir sonido.
• HUB USB. Los concentradores USB-C cuentan con todo tipo de conexiones, desde Ethernet hasta HDMI. Todo esto es posible gracias a la multitud de protocolos que admite el puerto USB-C.

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Autor: Edgar Otero