El «Laboratorio de computación poco convencional» ha lanzado un estudio de más de 20 años sobre la utilización de setas en ordenadores.
De vez en cuando salen planteamientos realmente extraños en el mundo de la tecnología. Cosas que uno no se espera que puedan suceder pero que finalmente vemos fraguar y que incluso llegan a catalizarse de una forma inesperada. Nos hemos encontrado a lo largo de los años teléfonos raros y poco conocidos pero lo que uno no parece llegar a imaginar nunca es que podrían desarrollarse ordenadores y teléfonos hechos con setas.
Sí, has leído bien, un grupo de científicos conocido como el «Unconventional Computing Laboratory» de la Universidad de West England, en Bristol, lleva dos décadas trabajando en uno de los proyectos más extraños e interesantes que se han visto en los últimos tiempos. Ahora, han logrado hacer ordenadores funcionales capaces de regenerarse a sí mismos así, la biomateria y la máquina se unen en uno solo para crear un sistema cuanto menos inesperado.
Así funcionan los ordenadores de setas
El equipo del laboratorio ha ofrecido una visita al medio norteamericano PopSci y lo que han visto parece recordarles a la serie «The Last of Us» por la importancia que parecen tener los seres del reino fúngico. Así, el cordyceps ha triunfado.
Para desarrollar ordenadores fúngicos han utilizado el mycelium la estructura en forma de telaraña que utilizan los hongos en su estructura. Esto ha servido como auténticos conductores para llevar la energía y servir como nexo de unión entre los distintos componentes.
La utilidad del mycelium no se queda solo en la superficial conducción de la electricidad sino que también tiene la capacidad de retener memoria. Como es evidente, no se pueden comparar las velocidades orgánicas con las que cuentan los medios convencionales. Sin embargo, el objetivo que tiene el equipo de momento es terminar de «descifrar el lenguaje de los hongos» para así poder potenciar todavía más estos aspectos.
Ahora bien, las ventajas frente a los ordenadores que tenemos en nuestros hogares existen y son muy interesantes. Quizás el más importante de todos ellos es que da menos errores. El terminal es capaz de regenerarse a sí mismo lo que le permite a esta tecnología reconfigurarse fácilmente y sobrevivir a errores que en nuestros ordenadores serían fatales.
Por otro lado, con la vista siempre puesta en el consumo, estos ordenadores tienen una gestión de energía más eficiente. De hecho, apenas consumen nada de energía.
En cualquier caso, el equipo científico asegura que incorporar en la infraestructura computacional cuestiones relacionadas con complejos sistemas y dinámicas biológicas es algo difícil pero que da buenos frutos. Estos ordenadores de setas no es lo único que han probado, también se han arriesgado con cosas tan curiosas como circuitos fabricados con kombucha y sensores de microbios.
Desde el laboratorio de Bristol lo que quieren hacer es revolucionar la forma en la que se entiende la tecnología. Mientras las grandes empresas apuestan por la tecnología cuántica, como es el caso del Samsung Galaxy Quantum, aquí lo que buscan es tener tecnología con organismos vivos en lo que han denominado la «Wood Wide Web». Por este motivo están dando pasos muy importantes en este camino, incluyendo tecnologías como crear una especie de ordenador con limo.
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Autor: Esteban García