El hombre creía haber dado con un tónico milagroso, la realidad es que era mortal.
El ser humano siempre ha tratado de inventar nuevos productos que cubran con las necesidades de las personas. No especialmente raro ver cómo algunos productos fueron ideados para una cosa, y finalmente tuvieron otros usos. El caso más famoso es el de la viagra, un medicamento que en sus inicios tenía pensado servir para tratar dolencias del corazón. Algunos productos del pasado llevaban ciertas cantidades de radiación, de hecho, hoy en día nuestros móviles tienen niveles de radiación e incluso el iPhone 12 se retiró de Francia por ello.
Hoy vamos a hablar de un hombre que bebió el compuesto que le da nombre al término radiación, el radio. La historia no terminó nada bien para él, ya que su cuerpo empezó a descomponerse de formas realmente sorprendentes.
Un tónico milagroso que le causó una terrorífica muerte
En los siglos XIX y XX se empezó a llevar a cabo un fenómeno masivo de venta ambulante de productos mágicos. Crecepelos milagrosos y tónicos que «recuperaban la virilidad de los hombres». Algo que se puede ver también en los periódicos de la época. Así, uno de los vendedores de estos tónicos milagrosos era Eben Byers, un empresario que había creado el Radithor, un tónico compuesto fundamentalmente por radio tal y como cuentan en Science Alert.
Desafortunadamente, el tónico llevaba unas cantidades de radio increíbles, pero él estaba seguro de que serviría para curar muchas enfermedades, así que para venderlo estuvo demostrando cómo lo bebía sin sufrir riesgos. Para el año 1930 estaba terriblemente enfermo y ya había perdido los dientes por un cáncer de huesos que le estaba devorando por dentro. Entre terribles sufrimientos, acabó muriendo en el año 1932.
En los años 60, los científicos que querían saber más sobre los efectos de la radiación en las personas abrieron su tumba para tratar de adivinar más sobre el caso. Lo que se encontraron fue un cuerpo prácticamente desintegrado y con unos niveles de radiación absolutamente increíbles.
En resumidas cuentas, encontramos como puntos importantes lo siguiente:
- Eben Byers creó el Radithor en la década de los «felices» años 20.
- Creía que serviría para curar muchas enfermedades como una suerte de tónico milagroso.
- Bebió en dos años 1.000 botellas de este tipo.
- Por ello, diez años después había perdido los dientes, marcando el camino de lo que le pasaría al resto de su cuerpo.
- Un terrorífico cáncer de huesos acabo con su vida en 1932, pudriendo todo su cuerpo.
- Cuando se exhumó su cuerpo para analizar los efectos de la radiación, se dieron cuenta de que seguía siendo muy radiactivo y que su cuerpo se había prácticamente desintegrado.
Lo cierto es que no es el primer tónico con propiedades supuestamente curativas que causó grandes problemas en la salud de los habitantes del planeta a principios del siglo pasado. Ignorando los efectos que podían tener algunas sustancias, se vendían todo tipo de medicamentos sin ningún tipo de testeo, haciendo que muchas personas sufrieran efectos adversos y terroríficamente dolorosos.
De hecho, en aquella época no era extraño encontrar drogas duras a la venta en farmacias. Al igual que alcohol e incluso tabaco, que se pensaba que tenía múltiples beneficios.
Para estar siempre al día con lo último en tecnología, suscríbete a nuestro canal oficial y verificado de Andro4all en WhatsApp.
Fuente info
Autor: Esteban García Marcos