Es común que al darse interacciones entre personas que hablan un idioma diferente, la comunicación entre ambas resulte en una experiencia incomoda y nada satisfactoria si ninguno conoce cómo expresarse en el idioma del otro.
Es por ello que muchos deciden romper las barreras lingüísticas de su idioma nativo y se lanzan a la aventura de aprender nuevos idiomas.
Y es que, para cada idioma existen un conjunto de reglas que sirven como guía para entender el modo en que las personas articulan sus ideas al momento de expresarse, bien sea en inglés, español, francés, italiano, etc.
Sin embargo, en el caso de los animales, entender su lenguaje no resulta nada sencillo, al carecer estos de reglas lingüísticas que nos permitan descifrar sus necesidades o sentimientos.
Es en esta instancia donde un equipo internacional de investigadores toma la iniciativa de llevar a cabo el desarrollo de un algoritmo capaz de traducir el estado emocional de un animal, específicamente de los cerdos. Esto a través del sonido generado por sus gruñidos.
Gracias a este avance los investigadores creen que en el futuro su sistema podría ser implementado en granjas, sirviendo así como un medio para que las personas a cargo puedan entender el lenguaje de los cerdos y actuar en función de lo que expresen con sus gruñidos.
Cuando se trata de los cerdos domésticos, estos poseen un rango vocal muy variado. En ese sentido, estudios realizados han determinado que los chillidos y gritos emitidos por este animal obedecen a emociones negativas, mientras que los gruñidos de baja frecuencia son atribuidos a emociones positivas o neutras.
Sin embargo, entre ambos extremos existe un espectro de sonidos que habían permanecido indescifrables hasta el momento.
En el caso del estudio realizado por los investigadores, estos se dieron a la tarea de catalogar 7.414 sonidos diferentes de cerdos. Así también, se registró el comportamiento descrito por el cerdo emisor de cada sonido a fin de determinar si este era provocado en un espectro emocional negativo o positivo.
Gracias a los resultados obtenidos los investigadores pudieron luego desarrollar un algoritmo lo suficientemente apto para inferir la emoción presente en cada sonido emitido por el cerdo con un margen de precisión de un 92%.
Podéis leer más sobre el asunto en la web de la Universidad de Copenhague.
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Autor: Alexander Alvarado