En química y física, los interruptores son materiales que pueden cambiar entre dos o más estados. En los dispositivos digitales avanzados, estos interruptores cambian entre valores como encendido, apagado, 0 y 1.

Históricamente, estos interruptores han sufrido problemas de eficiencia, porque en realidad no podían rendir de buena forma a temperatura ambiente. Pero ahora, un equipo de investigación podría haber resuelto ese problema.

Una fórmula para fabricar dispositivos más eficientes

Los investigadores de la Universidad de Queensland descubrieron una nueva «receta», que permitiría que los interruptores moleculares funcionaran a temperatura ambiente. Esto tiene el potencial de hacer que los ordenadores sean más rápidos, las baterías más duraderas y otros dispositivos electrónicos, simplemente más eficientes. Los dispositivos complejos podrían volverse más compactos y potentes gracias a este descubrimiento.

Los interruptores moleculares hasta ahora solo podían funcionar a temperaturas extremadamente frías; estamos hablando por debajo de los 250 grados centígrados bajo cero. Obviamente, este es un gran problema: crear un ambiente tan frío es muy difícil y es posible que a otros componentes les resulte contraproducente ese tipo de temperatura.

Durante años, los químicos y los físicos abordaron este problema, porque no se podía desbloquear todo el potencial de los interruptores moleculares. Pero ahora los científicos encontraron una mezcla óptima de materiales que podrían brindar los resultados deseados a temperatura ambiente.

El profesor Ben Powell, de la casa de estudios australiana que desarroló este estudio, empleó la mecánica cuántica para crear la nueva generación de interruptores moleculares. Él dice que este descubrimiento podría traer muchos cambios a la electrónica: “Al seguir esta ‘receta’ detallada, los químicos deberían poder hacer que los interruptores moleculares funcionen a temperatura ambiente. Esto abrirá la puerta a una gran cantidad de avances tecnológicos, como la mejora de las resonancias magnéticas que podrían conducir a una detección más temprana de enfermedades como el cáncer”.

Pero los interruptores moleculares pueden ser más útiles que eso: podrían usarse para varios sensores, tecnologías de captura de carbono, celdas de combustible. De hecho, estos interruptores pueden convertir la electricidad en movimiento; este tipo de actuadores podrían emplearse en robótica. Dado que no se necesitarían temperaturas extremadamente bajas, como sugería la antigua forma de concebir esta tecnología, estos robots podrían ser muy eficientes y trabajar en diferentes entornos.

Los científicos también estiman que el nuevo material para interruptores moleculares podría reducir la carga sobre el medio ambiente. Esto se debe a que las computadoras poderosas podrían usar menos energía y los dispositivos electrónicos podrían durar más.

Los científicos en Australia ahora se esforzarán en producir estos materiales y hacer el cambio molecular utilizando la nueva receta, marcando precedentes en un proceso de adopción que podría ser largo. De momento, esto fue presentado como un descubrimiento científico y no como un producto propiamente tal. De seguro, pasarán varios años años hasta que encontremos esta tecnología aplicada en productos, cuya utilidad podría apreciarse en áreas como la informática, electrónica y robótica.

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Autor: Nicolás Verdejo