Más o menos un 3% de los empleados de Samsung Device Solutions America’s han sido despedidos por las «condiciones económicas inciertas» que se viven en toda la industria tecnológica, sobre todo en los Estados Unidos.

Una de las plantas de producción de chips de Samsung en los Estados Unidos, visitada recientemente por Joe Biden. | Foto de SAUL LOEB / AFP

A pesar de que Samsung había confirmado que sus fábricas de chips ya estaban en el futuro al iniciar la producción con litografías de 3 nanómetros, lo cierto es que no todo parece tan bueno alrededor de la división de semiconductores del gigante surcoreano, que en realidad no se escapa tampoco de una crisis en ciernes que ha abierto la caja de los truenos en los Estados Unidos de forma definitiva con las quiebras de Silicon Valley Bank y el Signature Bank de Nueva York.

Tal y como informaban los compañeros de SamMobile, el tsunami económico que se vive en la industria tecnológica no sólo afectará a Google y otros gigantes norteamericanos, sino que firmas como Samsung también están reestructurando sus negocios citando «condiciones económicas inciertas» que les han llevado a tomar decisiones drásticas y obviamente también bastante dolorosas.

No en vano, el movimiento anunciado por la división de chips de Samsung en los Estados Unidos es que aproximadamente un 3% de sus empleados han sido despedidos, en línea con la recesión que han experimentado en sus propias carnes.

La división de semiconductores de Samsung en los Estados Unidos registra una caída del beneficio operativo de un 96,9% en el Q4 de 2022, por lo que en medio de la recesión han decidido reestructurarse despidiendo a un 3% más o menos de sus empleados.

Así pues, Samsung Device Solutions America’s (DSA) echa a la calle a unos 30 trabajadores de un total de 1.200 empleados, más o menos, habiendo ya notificado esos despidos justificados por la complicada coyuntura económica.

De hecho, es que Samsung DSA registró en el cuarto trimestre de 2022 unos 204 millones de dólares en ganancias operativas, lo que supone interanualmente una caída del beneficio de un increíble 96,9% que ya anticipan seguirá decreciendo en el actual trimestre.

No es el primer movimiento de este tipo entre los gigantes de los semiconductores, ni mucho menos tampoco será el último, pues Intel ha anunciado unas pérdidas operativas de 700 millones de dólares en el Q4 de 2022, a la postre sus peores números en los últimos 50 años y el inicio de una enorme ronda de despidos y reestructuraciones estratégicas.

Para nuestra generación ‘millenial’, que vive de crisis en crisis, quizás sea ya un tópico… ¡Pero es que la cosa no pinta nada bien!

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Autor: Damián García