La adopción en la empresa de la IA generativa, en cualquiera de sus formatos, está todavía dando sus primero pasos. Pero a juzgar por la expectación que genera, y las posibilidades que ofrece, todo indica que va a crecer de manera exponencial en los próximos meses y años. Sobre todo, según Network World, a medida que se vayan encontrando nuevos casos de uso para ella.

Su aumento va a ser tan fuerte que, tal como apuntan en Bloomberg Intelligence, el mercado de la IA generativa crecerá nada menos que un 42% anual a lo largo de la próxima década, pasando de los 40.000 millones a los 1,3 billones de dólares.

La IA generativa puede ayudar mucho a los equipos de TI. Además de para escribir código y scripts para redes, puede servir también para ofrecer soluciones a problemas, automatizar procesos, ayudar en onboardings y formaciones, crear documentación y planificar y gestionar proyectos. También puede transformar todo tipo de divisiones del negocio. Desde los call centers y centros de atención al cliente hasta el mantenimiento de procesos, volviéndolo preventivo. También puede cambiar áreas como diseño, desarrollo, analíticas de datos o creación de contenidos.

Pero para poder hacerlo, es necesario contar con una infraestructura que pueda soportar las cargas de trabajo que genera la IA generativo. Y estas cargas no paran de aumentar. Por eso, es muy importante que los responsables de TI y de red de las empresas se aseguren de que su infraestructura IT, así como sus equipos de profesionales, están preparados para la llegada y expansión de la IA generativa.

El primer efecto en la expansión de la Inteligencia Artificial generativa va a ser la necesidad de contar con más centros de datos, así como con centros con mayor capacidad y potencia. Según KPMG, debido a ella, «la demanda a los centros centros de datos aumentará con respecto a la actual, y cambiará de manera drástica cómo serán los centros de datos y sus tecnologías asociadas en el futuro».

Las dos fases de la demanda de potencia de computación